viernes, junio 21, 2013

VIENTOS DE SAL

Somos el pasado. Nuestra sombra se extiende, mal que nos pese, con cada nuevo día y cada paso. Somos lo que olvidamos, lo que decimos haber sido y lo que fuimos.
La noche –nuestras noches- están llenas de espejos rotos a los que llamamos sueños. Nos miramos vagamente en ellos, despertamos transpirados de horror cuando a la madrugada se le llama abismo, o desperezándonos y envueltos en la tibia placenta del que espía por las entornadas puertas del mundo.
Aún cuando prometemos, somos el pasado. Incluso nuestros hijos son el pasado. Conscientes de nuestra ceguera, vientos de sal nos congelan cuando volvemos la vista atrás.
El único dios posible es lo que llamamos tiempo, la distancia entre lo que nos prometimos ser y esta alta meseta, desolada y seca, de la incertidumbre.

jueves, junio 06, 2013

LA PARED DEL FONDO

Pido gancho en tu juego de ausencias. Ya no juego a esconderme ni a encontrarte. No escribo más en los muros que te amo. Ni te amo. Ni te juego.
Cuando esta tarde y como todas las tardes me llame mi madre no correré a casa porque es hora de meriendas, del café con leche y las tareas de la escuela.
Cuando me llames vos, tampoco.

Me asomaré en todo caso por sobre la pared del fondo, nada más que para verte y dejar a tus pies la carta de amor que nunca leíste.