viernes, diciembre 07, 2012

BRASILIA YA SUEÑA CON NIEMEYER


Acaba de extinguirse Oscar Niemeyer.
Hace apenas quince días estuve –con Patricia Ratto y Carlos Gamerro- en Brasilia.
Rara criatura, la actual capital de Brasil. Algo descuidada y con un diseño urbano que hace bastante más difícil la ya ardua obligación de desplazarse de un lugar a otro. El transporte público es –me dicen- escaso y malo. No hay metro ni la posibilidad de construirlo porque la ciudad es “patrimonio cultural de la humanidad” y no puede ser modificada en su estructura, o algo así.
No creo que Niemeyer haya imaginado un siglo XXI sin peatones, aún compartiendo los soñados mundos de Bradbury o Asimov. Por su longevidad –que no sé si estuvo en sus cálculos-, Niemeyer se asomó al futuro, puso un pie –o ambos- en él.
Y caminó despacio, tanteando el polvo, la humedad y las canciones de un tiempo ya espectral, diciéndose hice bien en imaginar Brasilia.
Desde hace un par de días Brasilia sueña con Niemeyer.

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