No escribí esta novela especulando con el 30 aniversario de la guerra. Tampoco fue un trabajo por encargo. Anduvo rebotando por editoriales españolas hasta que recaló en Norma. Y apenas aparecida la novela, los de Norma decidieron cortarla con la edición de novelas.
Los protagonistas no son héroes, más bien son indeseables y Malvinas es una excusa para que afanen, asesinen y mueran.
En eso nos parecemos, mi novela y la sociedad en la que vivo: en que Malvinas fue una excusa, una guerra de expiación para los millones de valientes y honestos compatriotas que seis años antes habían celebrado la llegada de una dictadura. Malvinas les dio la oportunidad de ir a la Plaza a vivar al dictador que había "recuperado" las islas y, menos de dos meses más tarde, volver a esa misma Plaza pero a repudiarlo. Nada más que porque el dictador y sus secuaces se habían rendido.
460 ex combatientes se suicidaron desde entonces, superando en "bajas" a los muertos por los ingleses en las islas (sin contar a los que murieron en el hundimiento del crucero "General Belgrano").
Este año van a aparecer muchos cronistas de ocasión, libros por encargo, interpretaciones y homenajes.
Buen año a todos.
Seguiré dando mi personal batalla perdida.
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