miércoles, octubre 19, 2011

APENAS, LA NOCHE


Me miras sin saber que me miras, mirando a otro, en otra noche que no fue nunca ésta, la nuestra.
Te miro sabiendo que te miro, puedo verte aún ciego para lo que pretendes de mi, clarividente para lo que quiero yo de ti.
Tu mirada que no sabe y la mía que sabe se encuentran sin verse, tú mirándolo a él y yo mirándote.
Y aunque digas que no eres la que miro, te miro y te veo, y tú, sólo miras. Porque no fue tuya ni mía, esa noche, pero tampoco de él.
Apenas nuestra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario