sábado, diciembre 25, 2010

CULEBRONES

Ha nacido otra vez el Niño.

En marzo o abril -no sé cuándo le toca este año-, el pendejo santo habrá crecido lo que a uno normal le llevaría treinta y tres pirulos elongarse a lo largo y a lo ancho, y por insistir en anunciarse como el hijo de Dios y convocar a unos cuantos desahuciados a rebelarse contra Roma, lo clavarán a una cruz junto a un par de chorros del montón. Manos piadosas lo bajarán en cuanto lo crean fiambre, pero el quía, que se las sabe todas, se tomará el raje en un descuido y picará para los cielos, dándole pasto a más de una religión que todavía nos persigue con sus historias, como esos culebrones de la tele que nunca terminan.

Feliz Navidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario