martes, octubre 12, 2010

NO SOY VARGAS LLOSA

De la Argentina se dicen muchas cosas. Entre las más socorridas: “que un país tan rico, que cómo es posible”.

Lo primero que llamó mi atención adolescente –en la prehistoria de mi vida- fue la miseria. El hambre, la desnutrición crónica, la explotación miserable –por parte de las mismas oligarquías que atacaron y atacan al peronismo- de trabajadores rurales en el norte profundo de mi país.

Lo segundo que llamó mi atención, apenas un poco más crecido, fue que gobiernos democráticos que mal o bien intentaban desarrollar políticas progresistas fueran tumbados por golpes militares apoyados por civiles. Una y otra y otra vez.

Lo tercero que llamó mi atención fue que antes de la irrupción de cada dictadura, miles de millones de dólares acumulados por las clases dirigentes volaran como golondrinas en viaje de ida sin retorno, muy lejos de la patria que nos ordenaron amar y defender hasta perder la vida –las nuestras, claro, no las de ellos.

Lo cuarto que llamó mi atención fue que esa plata no volviera, que los argentinos ricos figuraran entre los más ricos del planeta y que los argentinos pobres lo fueran tanto como los bolivianos, los chilenos o los peruanos o los brasileños o…

Lo quinto que llamó mi atención fue que los países de América del Sur padecieran males idénticos unos a otros, y que África en el siglo veinte pasara por procesos de despojo y desgarramiento tan similares a los de la América latina durante el siglo diecinueve y el veinte, y que en Asia sucediera casi lo mismo, y que el colonialismo derivara en un férreo imperialismo victorioso, luego de cobrarse cientos de millones de vidas humanas en la Europa que se nos vendió como faro de la civilización occidental.

Lo sexto que llama mi atención es que hoy, cuando la América latina intenta –con éxito, a veces- unir esfuerzos para un desarrollo que potencie y no dilapide las capacidades regionales, cuando reacciona en bloque, a través de la UNASUR, contra las intentonas golpistas en Ecuador, en Bolivia y en Honduras, voceros mediáticos de los intereses colonialistas que posan de progresistas carguen contra la Argentina, como lo harán contra otras naciones de la región a las que hoy alaban nada más que por dividirnos.

Y escribo esto a propósito de una nota editada por “El País” de España y cuyo contenido da vergüenza ajena.

Podría, tal vez debería, escribir un ensayo o dos, meterme en política y postularme a presidente, a ver si pasados los 70 pirulos agarro distraídos a los del Nobel. Pero no soy Vargas Llosa, no sé si se han dado cuenta.

2 comentarios:

  1. Creo que agarrarse los huevos en una morsa y apretar duele menos que la enumeracion de datos con los que nos toco vivir.
    Por suerte, para ellos, la memoria de la gente en general es muy corta.
    Tener memoria Duele.
    R. eldeloscolibri.

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