martes, diciembre 08, 2009

MUERTE DE UN PRESIDENTE


El democristiano Eduardo Frei Montalva antecedió en la presidencia de Chile al socialista Salvador Allende. Fue su opositor político en democracia, aunque sobre su honesta postura partidaria pretendieron montarse los inminentes genocidas para sumarlo a su "causa contra el comunismo" o acusarlo de ser "un Kerensky chileno", según las oportunidades.
Producido el sangriento asalto militar al poder, el 11 de septiembre de 1973, Frei se opuso abiertamente a la represión, lo que le ganó una condena a muerte ejecutada por médicos, ex colaboradores de Frei y hasta por su chofer personal que llevaba veinte años a su servicio.
Los detalles de este magnicidio acaban de salir a la luz en Chile, consecuencia de un pronunciamiento judicial que la derecha adjudicó inmediatamente al "oportunismo político de la coalición gobernante".
En tiempos donde la derecha golpista -sobre todo en Argentina- intenta borrar con el codo lo que escribió con manos bañadas en sangre, es saludable recordar estos sucesos. "La justicia tarda, pero llega", dijo la presidenta de Chile, Michele Bachelet, a pocos días de unas elecciones que el hijo de Eduardo Frei disputará con Sebastián Piñera, líder de la derecha reconvertida en democrática.

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