miércoles, octubre 14, 2009

BREVÍSIMA HISTORIA DE LAS RELIGIONES

Nadie sabe si Dios existe, si alguna clase de ser supremo ha dado origen a este mundo. Tampoco nadie puede afirmar con pruebas de laboratorio que no exista. Unos y otros, creyentes y escépticos, afirman sin embargo sus respectivas verdades. Los que dicen que no, tienen un argumento bastante sólido: dados los resultados de su presunto plan maestro, a quién se le ocurre que este desastre sea obra divina. Los creyentes también tienen su argumentación: todo lo que sucede tiene un fin último cuyo sentido se nos escapa. Ni el Tercer Reich ni Elisa Carrió son obra de la casualidad biológica de nuestra rara especie.
En todo caso y aceptando que, compitiendo con Dios, la razón esté en todas partes, alguien largó por primera vez la idea de que podría haber algo más allá de nosotros. Después vinieron varios, que luego fueron muchos y se multiplicarían hasta ser millones, de donde surgirían los talentos que ilustraron aquella idea con leyendas, canciones y una de las más bellas iconografías creadas por la criatura humana.
Dios, finalmente, podría ser una impostura. No así la belleza, que reverencio y cultivo con humildad franciscana y fanatismo de fedayines.

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